martes, 30 de junio de 2009

Ser militar


Pocas son las oportunidades que nuestra sociedad ofrece a un joven que podría inclinar su vida al materialismo y al consumo. Pero para los que desean entregarse a una profesión que constituya una opción de vida de plena satisfacción, pues ser militar es una de las opciones.

Ser militar no sólo es ponerse la camiseta camuflas, levantarse a las madrugadas, cargar una pesada mochila, caminar horas de horas, educarse bajo un sistema estricto, guardar un respeto profundo por su patria, no es sólo disfrutar de los bienes de la naturaleza y poner su vida al servicio de la nación. Ser militar es más que un ejercicio físico de siete a diez horas diarias. Es entregar y dedicar la vida al servicio de la nación y del estado, -al servicio de tu patria.

Ser militar no es buscar llegar a la guerra, sino enfrentarla y estar dispuesto a sacrificar su vida por la de otros. Es lanzarse a la aventura de lo que parece inesperado y optimizar su inmensa capacidad de acción y dedicación por lo que aman.

Es asumir esa elección de vida con plena conciencia de que se logrará la satisfacción personal, es la inspiración de querer vivir en mundos distintos, y para ser militar se debe tener vocación y la vocación es la inspiración con que Dios llama a algún estado.

Por todo lo expuesto, el militar se siente grande, en tanto en cuanto es grande lo que defiende, y por el honor de haberlo dado todo.

Foto: Belinda Terneus

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